La conservación del patrimonio no es algo de las grandes ciudades, ni de las obras con renombre, ni mucho menos algo alejado a las personas y su día a día. Un gran ejemplo de la necesidad de conservar nuestro patrimonio, la tenemos en nuestros pequeños pueblos, donde la vida era latente no hace tantos años: nacían y morían personas, se casaban, y todo esto era registrado en el ayuntamiento del lugar en cuestión.
Todos estos actos eran registrados en una serie de libros, que posteriormente han sido consultados por los propios protagonistas, herederos, familiares para diversas necesidades: desde un matrimonio a una herencia. Dependiendo en el momento de la historia en que se registraban estos actos, podemos observar en las encuadernaciones y el tipo de papel de estos libros de Registros en que situación socio/económica se estaba en la zona y en el país.
Un ejemplo de intervención de conservación de este tipo de libros lo encontramos en el fondo documental del Ayuntamiento del “Losar del Barco”, donde se ha intervenido en el año 2020 (agosto-Septiembre)sobre los libros de registro del siglo XX, comenzando en muchas de las secciones por el año 1894 (sección 1 / Nacimientos- sección 3/Defunciones).
El tratamiento sobre estos libros de registro fue completo: realizando trabajos de encuadernación, restauración y reinstalación. Se unificaron las cubiertas, a un solo material, creando cartelas de papel impreso con toda la información que incluye cada libro, siguiendo el diseño de los libros de registro originales.
En los lomos de cada libro se ha estampado a mano con oro la información: número de sección, Titulo de sección, años que abarca y número de tomo. Muchos de ellos se han desencuadernado por completo, por que la costura estaba floja, o rota y se han vuelto a coser, colocando cabezadas similares a todos y realizándoles un sistema de fuelle de apertura para su correcta consulta y copia si fuera necesario. En este caso, se ha trabajado sobre los libros que más consultas tienen, y que por ello, más necesidad había de reparar, aunque existen registros anteriores con diferentes patologías y daños a paliar.
Por eso es necesario que no pensemos que el patrimonio es solo esas obras de arte de los museos, o la arquitectura que nos rodea. El patrimonio documental es algo de todos, que debemos conservar, puesto que en algún momento puede que necesitemos echar mano de el, y si este no se conserva debidamente, puede que no podamos acceder a el.
