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jueves, 10 de junio de 2021

FERIAS Y MERCADOS EN EL SEÑORIO DE VALDECORNEJA-PIEDRAHITA por LUZ MORALES HERNÁNDEZ

Al finalizar el siglo XIV, la corona de Castilla esta salpicada por un rosario de grandes “estados 
señoriales”. En la vertiente septentrional del sistema central, destaca el señorío de Valdecorneja, con el linaje de los Álvarez de Toledo.
La villa de Piedrahíta era la cabeza del señorío, tanto por su situación como por la importancia económica de la villa, en relación con otras poblaciones del señorío.
El señorío de Valdecorneja, gozó de una buena estructura comercial, fruto del interés de los
señores y que se plasma en la celebración de sus ferias y mercados.


FERIAS
Tenemos constancia a través de las citas del Archivo Municipal de Piedrahíta, (A. M.P)  de la celebración de ferias y mercados desde comienzos del s. XV, si bien parece que este derecho, ya había sido concedido con anterioridad, por parte del rey Enrique II, denominado “el de las mercedes” por la gran cantidad de donaciones que hizo a la nobleza.
Los señores de Valdecorneja, dinamizan la llamada feria de agosto, también conocida como feria de San Bartolomé, cuyo comienzo era el 24 de agosto y su duración era de quince días. Fue la más importante de la provincia de Ávila y poco a poco fue popularizándose en toda Castilla.

En la zona extramuros de la antigua muralla y frente a la “puerta del Barco”, en el teso, se disponen los vendedores de ganado, vacas, ovejas, cabritos, carneros, conejos, cerdos, animales de carga, aves etc... en zonas acotadas para su estancia.
La ganadería es la principal fuente de alimentación y de riqueza de los habitantes de la zona, quizá por este motivo, los ganados que se traen para vender en la feria, están exentos del pago de tasas y pueden pacer libremente por todo el término. “Los ganados que es la más principal de que los vecino e moradores de la villa e tierra se sostienen e mantienen” (A.M.P. Libro de Ordenanzas).
Mientras en el interior de la villa, se disponen los artesanos. Además de las frutas, hortalizas y pescados (fundamentalmente truchas), en el A.M.P. encontramos citas de la asistencia de vendedores de vellón, tejedores , sastres, ( no olvidemos la existencia en Castilla, de grandes propietarios de rebaños de ovejas, cuya lana, se exportará a Flandes y otras regiones de Europa), zapateros, talabarteros, albarderos, herreros, plateros, vendedores de miel, cereros, vendedores de cuero, de leña, carbón etc.
Los comerciantes abonaban una tasa por cada puesto de venta, dicha tasa era cobrada por el Alguacil y sus ayudantes, bien en dinero o en especie. Gaspar Fandiño en su “Libro Nuevo de Becerro de la Villa de Piedrahíta” nos documenta en su página 73 sobre el pago de alguna de esas tasas.
“Otrosi que el alguacil desta villa que lliebe de cada tienda un maravedí y aunque sean en una
tienda dos según costumbre, de los que vinieren a vender fruta en feria “
“Otrosi que en la dicha feria que lliebe de su derecho de cada cesto de truchas una trucha,
dexando las dos mayores, tome la tercera”
“Otrosi que las panaderas de cada masadura que ficiere la panadera, un pan “

La seguridad de los asistentes a la feria, estaba garantizada por el Alguacil y sus ayudantes, encargados de evitar cualquier alteración del orden. A partir del año 1499, el señor dispuso que en los días de la feria, sólo el Alguacil y sus hombres, estaban autorizados a llevar armas. También el Alguacil era el único depositario de la Vara de medir, que habría de usarse con el fin de evitar el engaño a los compradores y cuyo uso, llevaba aparejado el pago de una tasa. 
Los ingresos que obtenía el señor de Valdecorneja, con la feria debían ser elevados por lo que se preocuparon de la redacción de ordenanzas para la fijación y el mantenimiento de los precios.
Además de la actividad puramente comercial, la feria era un lugar de esparcimiento y diversión de los habitantes del señorío, que en estos días gozaban de espectáculos de música y toros. La afluencia de público, de todas partes de Castilla, era numerosa y las posadas y ventas eran insuficientes para alojar a la población asistente, alojándose ésta en los arrabales de la villa o en los concejos aledaños. Así mismo el señor, los días de feria, no alojaba su numeroso séquito en la villa, sólo el indispensable para su servicio.

EL MERCADO SEMANAL
El primer documento en el que aparece la celebración del mercado semanal, data de 1370.
El mercado semanal, en menor escala que la feria, sirve para el abastecimiento de bienes de primera necesidad entre los concejos de la villa. Huevos, queso, miel, pescado, sebo, frutas y verduras, todo tipo de alimentos, caza y pescados, etc, se disponen en la llamada Plaza del mercado y su duración era desde el alba a la puesta de sol.
Al ser el mercado semanal un lugar de concentración de personas de distintos lugares del señorío, este se convirtió en el mejor altavoz para hacer públicas las últimas ordenanzas, sentencias y disposiciones jurídicas del señorío. Así el pregonero se convirtió en una figura esencial para para dar a conocer a la población, las normas jurídicas que regían en el señorío y que se pregonaban durante todo el día de mercado.

Fue preocupación de los señores de Valdecorneja, favorecer las ferias y los mercados, tanto
para el control de los intercambios comerciales, como para asegurar sus ingresos a través de los impuestos.

BIBLIOGRAFIA.
LUIS LÓPEZ, Carmelo. La comunidad de villa y tierra de Piedrahíta en el tránsito de la edad
media a la moderna. 1987
LUIS LÓPEZ, Carmelo. Documentación medieval de Piedrahíta. Volumen V ( 1481-1493)
FANDIÑO, Gaspar. Libro nuevo de Becerro de la villa de Piedrahíta.
DE LA CALLE SÁNCHEZ, Eduardo. Estudio jurídico-económico e las ordenanzas y libros de la
Comunidad de villa y tierra de Piedrahíta como parte del señorío de Valdecorneja. 2015.
VALDEÓN Julio, SALVADOR Nicasio. Historia de España. Historia 16 . v.10.


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