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sábado, 25 de septiembre de 2021

FACHADA DE LA CASA DE LOS GASCA por Laura Ortiz

Hoy nos gustaría hacer un recorrido sobre la casa de la familia Gasca.

Esta entrada se ha hecho gracias a la colaboración de @Jose Luis Acosta Mena y @José María López

LO QUE SABEMOS SOBRE ELLA

Fue vivienda de la familia Gasca.

De la vivienda antigua se conserva hoy su fachada en el patio de las escuelas, antes en su ubicación original donde actualmente esta la sede de Bankia.

Conocida por todos por ser la casa en la que pernoctó Carlos V en su retiro camino del monasterio de Yuste. Nicolás de la Fuente reseña que la fachada estaba adornada con cadenas que conmemoraban este hecho.

La fotografía datada en 1928 aparece como PARADOR DE BENITO ALONSO, posada donde se daban comidas regentado por Benito Alonso y Dionisia García.


LO QUE NOS CUENTA LA BIBLIOGRAFIA:

Según NICOLAS DE LA FUENTE, págs. 127 TOMO II de su F I S I O G R A F ÍA E Historia del Barco de Ávila:

"...el martes al medio día entró Carlos V en el Barco de Ávila. Dice en sus memorias Juan de Solís " que ya desde por la mañana bajaban todos los vecinos de la sierra y se movilizaron los del Barco, yendo muchos a pie y a caballo hasta cerca de la Horcajada, formándose aprestadas filas desde la puerta de la Villa a los dos lados dos lados del antiguo camino de Castilla.  Al aparecer la comitiva con su vanguardia de 40 alabarderos y su oficial, detrás la caballería, más de 90 flamencos, borgoñones e italianos, con el Quijada y buen golpe de servidores, las aclamaciones de estos pueblerinos fueron ensordecedoras. Más al llegar el Emperador, fue tal el asombro y la sensación de respeto, que todos enmudecieron y se arrodillaban. Don Carlos con su natural bondad, les indicaba que se levantasen, dando muestras de agradecimiento. Como los Duques no estaban en el Barco, y en el alcázar se encontraban las monjas de Aldeanueva, el Emperador se alojó en la casa de los Gascas, donde aún conocí yo las cadenas que lo recordaban."

Según NICOLAS DE LA FUENTE, págs. 212 TOMO II de su F I S I O G R A F ÍA E Historia del Barco de Ávila:

Hablando sobre la Biografía de Pedro La Gasca: "Esta fábula que el mismo licenciado Gasca propagó, se sustituye por el hecho cierto de que los Gascas eran Señores de Carrascalejo y Navarregadilla desde 1093, en que se le concedió a Alfonso VI para que defendieran nuestras fronteras, así como dio a otro pariente el Señorío y encomienda del Puente del Congosto. Estos González Dávila, fundaron en el Barco, casa-palacio en el siglo XV y aún existe la fachada con el escudo. "

FRANCISCO MATEOS Adjunta una foto y menciona que fue Casa de la familia Gasca, donde pernoctó Carlos V en su viaje al monasterio de Yuste.

Francisco Mateos: “HISTORIA DEL BARCO DE AVILA”. Edita el Ayto. del Barco de Ávila.1996.

Según JOSE LUIS GUTIERREZ:

Nicolás de la Fuente se hace eco de noticias según las cuales existía "Una...casa de los Gasca, en la plaza de los Vados; su arquitectura es del siglo XV y con silueta alargada en altura. 

La puerta es de origen bien cásico, balcón apilastrado, un entablamento, un escudo de los González Davila y como remate una cornisa. 

Esta fachada tuvo cadenas como las tuvo la casa de los Trigueros (hoy colegio de las Franciscanas), indicando las visitaron los Reyes y también que tenían derecho de asilo". 

La casa en cuestión estaba en la esquina entre las calles de Santa Teresa y Mayor, donde hoy están las oficinas de la Caja Ahorros de Ávila, fue derribada hacia 1968 y de 1971 es el proyecto de Clemente Oria para construir en actual edificio.

Los restos nobles de la portada, que se abría en un chaflan y a un zaguán, fueron amontonados en un solar entre la carretera y la finca del abanico.

Hace unos veinte años el Colegio Público logró la cesión de los sillares y dinteles de tan preciada portada y los instaló en la entrada de las escuelas. Del mal el menos, y como mal menor se conserva un resto de lo que fue aquella casa.

Para describir la portada en chaflán me sirvo tanto de viejas fotografías del parador de Cirilo y de los restos que aún quedan en el Barco. 

La portada ocupaba todo el chaflán y a ambos lados tenía unas desmesuradas columnas abalaustradas, que se prolongaban rematando también el dintel. 

Sobre éste un balcón volado y cubierto con un gran dintel en el que se marcan formas conopiales. 

Sobre el dintel un escudo recercado por una cornisa a modo de alfiz. El caserón, en lo que dejan ver las antiguas fotografías, tenía toscos muros de mampostería y la sillería únicamente aparecía en el chaflán descrito.

José Luis Gutiérrez Robledo:” EL BARCO DE ÁVILA ARQUITECTURA Y ARTE”. La ciudad y la tierra de Ávila 1. Editan el autor e imprenta MARCAM. Ávila. 2004

INFORME SOBRE LA ALHÓNDIGA DE EL BARCO DE AVILA por Luis de Vicente Montoya

La memoria es limitada y recuerda escasamente los hechos recientes. Así ha ocurrido con el edificio de la Alhóndiga de El Barco de Ávila, edificio relevante del siglo XVI, que para el imaginario colectivo está asociado a una fábrica de harinas construida en los años veinte del siglo pasado. Algo parecido ocurre con el Hospital de San Miguel, otro importante edificio histórico de El Barco, cuyo recuerdo como antiguo y pionero hospital, ha sido sustituido por el de Residencia de Ancianos de la Plaza de las Acacias, de uso más reciente. 

Existen ciertos elementos que han contribuido a la confusión sobre la historia del edificio de la Alhóndiga. Para la mayoría de los habitantes se le asocia con el último uso que tuvo el edificio como Fábrica de Harinas desde 1920 aproximadamente, que ha ocultado su uso original, como Alhóndiga, durante más de trescientos años y ha borrado su recuerdo. De alguna forma, se había impuesto la idea de que el edificio de la Fábrica se había levantado, a comienzos del siglo XX, sobre los restos de una antigua alhóndiga, bien levantando un nuevo edificio en su solar o bien añadiendo una altura al antiguo edificio. Varios expertos han sido de esta opinión.

1-1.- JOSE LUIS GUTIÉRREZ ROBLEDO 

José Luis Gutiérrez Robledo en su libro El Barco de Ávila Arquitectura y Arte (Imprenta Marcam Ávila 2004) hace un profundo estudio documental del edificio de la Alhóndiga, pero incurre en el prejuicio de la reutilización del antiguo edificio para la ubicación de una fábrica de harinas y sugiere que se construyó una segunda planta vinculada a la creación de la fábrica. Interpreta el remetido de la fachada superior como un indicio de que se hubiese añadido una planta cuando se hizo la fábrica.

Gutiérrez comenta: 

“En el cuerpo bajo del edificio de la fábrica de Harinas, aún pueden rastrearse los elementos de la arquitectura de la antigua Alhóndiga: la muralla de la Villa, los esquinales de sillería y la gran puerta con una inscripción de difícil lectura […] 

El cuerpo superior dispuesto en releje, remetido mínimamente ya debe pertenecer en lo fundamental a la reforma para la fábrica de Harinas” 

 En su descripción de la alhóndiga incluye una transcripción de la inscripción del dintel que, aunque incompleta, proporciona la fecha exacta de la construcción de una alhóndiga en 1587. Esa primera transcripción ha sido un acicate fundamental para abordar la transcripción completa del texto.









1-2.- MAQUETA DE EL BARCO DE ÁVILA DEL SIGLO XVIII 

Contribuyó a la confusión sobre el tamaño del edificio la elaborada maqueta de El Barco de Ávila en el siglo XVIII realizada por Luis Gutiérrez Gómez, que se exhibe en el vestíbulo de la biblioteca de la antigua Cárcel de El Barco, donde se representa la Alhóndiga con una sola planta, lo que estaría en consonancia con el supuesto de que se habría añadido una planta más al hacer la Fábrica de Harinas. No sabemos en base a que se tomó esta decisión sobre la forma del edificio. La excelente labor de divulgación de esta maqueta, unida al prestigioso sitio donde está expuesta, ha contribuido a oficializar ese error sobre el primitivo edificio, ya que si en el siglo XVIII tenía una sola planta, lo mismo tenía que ocurrir en el momento de su construcción en el siglo XVI. 










1-3.- LOS RÓTULOS DE LA FÁBRICA 

La rotulación publicitaria de la Fábrica de Harinas, que ha estado en el edificio durante más de noventa años, ha contribuido a consolidar, día a día, el carácter de fábrica en la mente de los vecinos, mientras que el recuerdo de la antigua alhóndiga se fue borrando. 

1-4.- LA PLAZA DE LA CONSTITUCIÓN 

Otra circunstancia que ha contribuido a la desvinculación con el edificio original ha sido el cambio del nombre de la plaza: de plaza de la Alhóndiga por el de plaza de la Constitución. Si la Fábrica de Harinas había ocultado su pasado como alhóndiga para los vecinos de la localidad, el cambio de nombre de la plaza acabó con ese débil vínculo del edificio con su pasado. En otras poblaciones ocurrió lo contrario: desapareció el edificio y permaneció la toponimia de calle o plaza de la Alhóndiga. 1-5,- ESPACIO CULTURAL Por último en 2007 – 2008 se efectúa el Espacio Cultural de El Barco de Ávila (Obra social de la Caja de Ávila) en el edificio de la Alhóndiga. Para esta fecha el recuerdo de la Alhóndiga se ha perdido completamente. El arquitecto Manuel Sanz Sanz acomete una brillante rehabilitación del edificio, pero sin hacer mención a sus especiales valores históricos.















En las normas urbanísticas de El Barco de Ávila del 2006, el edificio de la Fábrica de Harinas figura en el catalogo de Edificios Singulares con el grado de protección Ambiental, que es menos restrictiva que otras calificaciones. Permite, por ejemplo, abrir nuevos huecos en fachada, y, de hecho, se añadieron dos nuevas ventanas en la fachada izquierda, en la entreplanta del edificio rehabilitado. El nombre que dio a su proyecto fue el de: ESPACIO CULTURAL EN LA ANTIGUA FABRICA DE HARINAS Obra social de la Caja de Ahorros de Ávila En la introducción de la memoria del proyecto se incluye una mínima referencia de la historia del edificio, que no va más allá de mencionar su carácter de fábrica sin ubicación temporal:

“El edificio fue una antigua fábrica de harinas, llevando muchos años fuera de uso, se encuentra con las edificaciones necesarias para el fin a que fue concebido, no habiendo tenido ningún uso posterior”. 

2.- LA ALHONDIGA EDIFICIO DE DOS ALTURAS EN 1587 

2-1.- El MURO SURESTE DE LA ALHONDIGA 

La fachada sureste de la Alhóndiga, o fachada lateral derecha, constituye una prueba muy importante de que el edificio anterior a la Fábrica de Harinas tenía dos alturas. Su superficie esta sin revoco, por lo que aparecen a la vista sus materiales de construcción y las técnicas constructivas. El muro es de mampostería de piedra local de tamaño medio, de diversas tonalidades ferruginosas y trabada aparentemente con mortero de cal. En las esquinas se emplean potentes sillares de granito de más de medio metro de longitud, que dan solidez al edificio. 


En su superficie aparecen una serie de huecos, en ambas plantas, que responden a la técnica de construcción de mechinales, que era un sistema de andamiaje con vigas pasantes en el muro, cuya retirada dejaba esos huecos. Un ejemplo próximo con esa técnica constructiva se encuentra en el convento de los Padres Trinitarios de Hervás, con fecha de 1664. Esta técnica de andamiaje fue cayendo en desuso con el paso del tiempo y con los nuevos avances tecnológicos y sería extraña en el siglo XX. Existe continuidad de los materiales constructivos en las dos plantas: Los mismos paramentos de mampostería en sus superficies, el mismo tipo de granito en los sillares que conforman las esquinas y la puerta principal, y la misma técnica de mechinales en ambos lugares, por lo que debemos concluir que todo ese muro sureste se hizo de una sola vez. 

Para situar la época en que se construyó, Nicolás de la Fuente Arrimadas, en su Historia del Barco de Ávila publicada en 1925, ofrece una descripción de este muro de la Alhóndiga que aclara bastante. Nicolás de la Fuente dedica varias páginas a la historia y vicisitudes de la Alhóndiga. Su relato no incluye la conversión del edificio en una fábrica de harinas, que fue concluida en torno a 1920. Refiriéndose a la GUERRA DE INDEPENDENCIA, en la pág. 154 cita: 

    “En 1809 las tropas del general Hugo ocuparon la alfóndiga con todos sus depósitos de grano, y además almacenaban en ella los que traían de Cáceres y Alba. Después la convirtieron en fortín, abriendo las aspilleras que aún hemos conocido…” 

Aquí Nicolás de la Fuente se equivoca al identificar los huecos de la fachada con aspilleras vinculadas a acción militar. Las aspilleras defensivas, efectuadas en momentos de tensión y premura, no tendrían un cajeado externo ni una precisa ordenación en vertical y horizontal. Sin embargo, Nicolás de la Fuente nos viene a decir que, en los años veinte, ya existía ese muro de la antigua alhóndiga, con huecos en su superficie, identificable con el actual. Por lo que ese muro de dos alturas ya estaba antes de la implantación de la Fábrica de Harinas.



El muro de la cara sureste tiene una ventana que se ve que no formó parte del primitivo edificio ya que, a diferencia con los huecos de los mechinales, se observan los desperfectos que se produjeron para su apertura y que fueron torpemente rematados con ladrillo, usando, además, un dintel de madera poco selecta. En 2007, con motivo de la rehabilitación del edificio para hacer el Centro Cultural, se derribó una pequeña construcción adosada a la muralla y a la parte alta de la fábrica. Al derribarse su tejado, dejó al descubierto un fragmento de la fachada posterior donde se apreciaba la técnica de mechinales comentada anteriormente, lo que apunta a que esa técnica estaba extendida a todo el edificio.

2-2.-RETRANQUEO DEL MURO 

Otra curiosidad que ofrece el muro de la fachada derecha de la Alhóndiga es que tiene un leve retranqueo en la planta superior. Es una solución constructiva que responde más a una elección de diseño que a un condicionante funcional. En el propio Barco tenemos el ejemplo de la torre de la Iglesia, donde los tres cuerpos que la componen también tienen ligeros retranqueos.


Esta pequeña diferencia en las alineaciones de las fachadas de la plata baja y superior, sugirió a algunos estudiosos que la planta superior pudiese ser consecuencia de una ampliación del edificio, al ubicar la Fábrica de Harinas en el siglo XX. 


Hemos visto, al estudiar el muro de la fachada derecha, que no pudo ser así, debido a la unidad de materiales y de técnicas constructivas (mechinales) en ambas plantas. Las otras tres fachadas están revocadas con una gruesa capa de mortero, pero se aprecia el mismo retranqueo en las fachadas, por lo que se deduce que no solo la fachada derecha debe considerarse construida de una sola vez, sino, también, las otras tres fachadas. Es decir, todas las fachadas del edificio actual se habían construido de una sola vez y son las que ahora contemplamos. Refuerza la conclusión anterior: el edificio tenía dos plantas cuando se hizo la Fábrica de Harinas. 

2-3.-NICOLAS DE LA FUENTE ARRIMADAS TESTIMONIO INDIRECTO

Nicolás de la Fuente, con su obra publicada en 1925 que es contemporánea de la creación de la Fábrica de Harinas, nos proporciona de forma indirecta otra prueba de que no se levantó o se rehízo ese edificio. La Fábrica de Harinas fue construida en torno a 1920, por lo que una alteración tan drástica como la elevación de una nueva planta al edificio no podría ser ignorada por Nicolás de la Fuente. El silencio de Nicolás de la Fuente sobre la Fábrica de Harinas recién implantada, debe interpretarse como que no hubo una alteración significativa en el exterior del edificio mientras estaba documentando y escribiendo su libro. 

2- 4.- LA FABRICA DE HARINAS DE PELERÍN PÉREZ 

El edificio de la Alhóndiga construido en 1587 constaba de dos plantas, llegó prácticamente intacto al siglo XX y fue el que sirvió para la ubicación de la Fábrica de Harinas de Pelegrín Pérez Moreno. Para la instalación de la fábrica se haría una reforma interior que posibilitara la instalación de la maquinaria pero no se alterarían esencialmente sus fachadas. La Fábrica de Harinas ha formado parte del paisaje urbano de El Barco hasta fecha reciente. Estuvo en uso alrededor de cincuenta años. Se creó a comienzo de los años veinte y cerro su producción en los años setenta. 



Su rotulación: 

Fachada Principal 
HARINERAS DEL TORMES/ FABRICA DE HARINAS PELEGRIN PEREZ MORENO 

Fachada posterior 
FÁBRICA DE HARINA POR CILINDROS SISTEMA DAVERIG Y MOLINOS PARA PIENSOS.

José Luis Gutiérrez, en su libro de historia: El Barco de Ávila Arquitectura y Arte, hace referencia a un documento sobre el registro de propiedad del edificio de la Fábrica de Harinas cuando se produce el cambio de titularidad. Archivo Histórico Provincial de Ávila / catastro Fiscal 1923/ signatura H 9318/ exp nº7 En el documento inicial de dicho expediente, que tiene fecha de 1921, figura que el edificio ya está dedicado a fábrica de harinas y que consta de dos plantas:

EDIFICIOS Y SOLARES

Clase de finca: 
Fabrica destinada a fabricación de harinas 

Su situación por la entrada Principal: 
Plaza de la Alhóndiga nº 8 
Se compone de planta baja y principal (pral.) con huerto adyacente 

Nombre del dueño de la finca 
D. Pelegrín Pérez Moreno /calle mayor nº19 
Copropietarios D. Justo, D. Luis y D. Gustavo Albi 

Otro documento del expediente, con fecha de 1923, aporta otros datos adicionales sobre la forma externa del edificio y detalles de su construcción: 

Ministerio de Hacienda 
Servicio del Catastro de la Riqueza Urbana 

Finca situada en Plaza de la Alhóndiga nº 8 
Propietario Pelegrín Pérez Moreno. 

Linderos: 
Por la derecha entrando: Francisca Moreno 
Por la Izquierda: vía pública 
Por el fondo: Carretera de Béjar 

Superficie cubierta: fábrica ……….292 
Superficie cubierta: dependencias: 429 
Superficie descubierta: ……… 2,700 
Superficie total………………….3,421 m2 

Longitud de las líneas de fachada: 14, 50 m + 20,20 m (planta 292 m2) 
Nº de huecos de luz al exterior 13. 

Descripción de la Finca: Consta de un pabellón de planta baja y principal destinado a la fabricación de harinas; varias crujías de planta baja destinados a almacenes y corrales. 

Materiales y sistemas de construcción empleados: Fachadas revocadas, lienzos interiores en blanco. Pisos de madera en la fábrica y cemento en almacenes. Entramados horizontales de tablón, armadura de madera, cubierta de teja árabe. 

Servicios accesorios: Luz eléctrica 
En Barco de Avila 17 de junio de 1923 

El documento del registro de propiedad hace mención a trece huecos de luz, o ventanas, en todo el edificio, que podrían ser los de la primitiva alhóndiga: la puerta y nueve huecos en la fachada principal (suroeste) y cuatro en la posterior (noreste). En la fachada izquierda no existirían ventanas, ya que antiguamente no había calle, sino una propiedad particular. 

El registro de propiedad de la Fábrica de Harinas de Pelegrín Pérez describe un edificio que coincide con lo que se propone en apartados precedentes sobre la altura del edificio del siglo XVI. La fábrica tenía dos alturas en 1921 y nada hace sospechar, en esta documentación, que el edificio hubiese sido alterado por el levantamiento de una nueva planta o por la construcción de un nuevo edificio de dos plantas. 

Sobre la fecha de la implantación de la Fábrica de Harinas. Isidro Muñoz autor del libro Riquezas Patrias, publicado en 1918, nos proporciona detalles adicionales sobre la datación de la fábrica. En la página 41 de su libro describe la “Población Fabril” de El Barco de Ávila. Habla de dos fábricas que producen electricidad mediante aguas del rio Tormes y a su vez fabrican harinas: la Electra Barcense y el Molino del Bravo. 
En ese mismo apartado describe a Pelegrín Pérez como un hábil comerciante exportador de judías de la localidad que: “Actualmente tiene el negocio tan perfectamente montado que, unido a esto y al prestigio de su firma en el mercado, ha conseguido introducir su marca en los principales mercados de España”. No dice nada de su fábrica de harinas por lo que hay que suponer que en 1918 no se no se había creado, por lo que la fecha de la implantación de dicha fabrica cabria situarla en torno a 1920 con poco margen de error.

2- 5.- FOTOGRAFIA ARCHIVO JOSÉ PALOMAR. AÑOS VEINTE 

En el archivo de José Palomar, o Fototeca Municipal de El Barco de Ávila, existe una fotografía, tomada desde la Plaza de Toros, que describe el norte de la villa. En ella aparece la puerta de la Horcajada y, a su izquierda, asomando sobre la muralla, la Alhóndiga, de la que se aprecian sus fachadas derecha y posterior. En la fachada posterior aparecen las cuatro ventanas que existen en la actualidad y que se corresponderían con las que tendría en 1923 según el documento del registro de propiedad, donde se mencionan un total de 13 ventanas: nueve en la fachada principal y cuatro en la posterior. En la foto aparece una nueva ventana, que no existía en 1923. Se trata de la ventana de la fachada derecha de la que ya hemos comentado algo. Esta ventana estaría relacionada con la adaptación del edificio para uso de fábrica de harinas



La existencia de esa ventana en la foto sirve para situar la fotografía como posterior a 1923, en base al número de ventanas del edificio. La fotografía describe el edificio adaptado a la Fábrica de Harinas, con catorce ventanas y la fachada posterior, encalada, conteniendo el rotulo publicitario de la fábrica.

2- 6.- LA VENTANA DE LA FACHADA SURESTE (FACHADA DERECHA) 

Sabemos, por lo dicho anteriormente, que esta ventana, que existe en la actualidad, se construyó en fecha posterior a 1923. Es la que aparece en la foto de la colección de José Palomar y se corresponde con las reformas que se hicieron tras el establecimiento de la Fábrica de Harinas. 

Constituye una prueba más de que no se levantó una nueva planta para la fábrica, sino que se abrió un hueco sobre un muro ya construido y no sobre uno nuevo. Por eso aparece el hueco con desperfectos que se rellenan de forma descuidada con ladrillos. 


También deben considerarse posteriores a 1923, y por tanto relacionadas con la Fábrica de Harinas, las otras cinco ventanas que existían en la fachada izquierda antes de la remodelación del Espacio Cultural en 2007. La ventana del muro derecho constituye, ahora mismo, un vestigio de la antigua Fábrica de Harinas, junto con otros elementos conservados en su interior.

2- 7.- OTRAS ALHONDIGAS CON DOS ALTURAS 

La presunción de que la Alhóndiga de El Barco de Ávila tuviera originalmente dos plantas viene respaldada por la existencia de otras alhóndigas en las que se da esta circunstancia. Recurriendo a ejemplos del entorno próximo podríamos citar las alhóndigas de: El Puente del Congosto, Plasencia y Coria. 

3.- CONCLUSIONES 

El edificio que ocupa actualmente el Centro Cultural de El Barco conserva, en esencia, las mismas fachadas que la primitiva Alhóndiga construida en 1587, durante el reinado de Felipe II, pues no hubo ampliación del edificio para la creación fábrica de Harinas en 1920 (aprox.).

La fachada principal no ha sufrido modificación alguna en cuanto a tamaño y posición de sus huecos. Es de composición simétrica y tiene en planta baja la puerta principal centrada y dos ventanas a sus lados y en la planta superior cinco ventanas, alineadas verticalmente con los cinco huecos mencionados. Únicamente el revoco y algunos detalles nos separan de su aspecto original. 

La fachada posterior consta de 4 huecos, de los cuales, tres coinciden en medidas con los nueve de la fachada principal. El cuarto hueco es de dimensiones superiores a los demás, asunto sobre el que es aventurado pronunciarse. 


Las fachadas laterales no tenían ventanas en el edificio original, pues la fachada lateral izquierda era medianería con una propiedad privada y la fachada lateral derecha tiene la ventana mencionada que se ve, por su construcción, que es añadida.
Se puede concluir que el edificio del Espacio Cultural de Caja de Ávila mantiene, básicamente, las fachadas de la alhóndiga del siglo XVI, salvo las ventanas de las fachadas laterales añadidas en el siglo XX con las reformas de la Fábrica de harinas y del Espacio Cultural. La fachada derecha, preserva, milagrosamente, la textura de mampostería y los huecos de mechinales del edificio original. 

La inscripción que preside el dintel de la puerta en la fachada principal, nos vincula con el edificio de la Alhóndiga y con la época y la sociedad que la creó. 




REYNANDO EN CASTILLA DON PHELIPE II Y SIENDO DVQVE DE ALVA DON ANTONIO DE TOLEDO COREGI/DOR DE ESTA VILLA E N EL DOMINIO Y REGIDORES JVAN DEL VADO SALAZAR ALCAYDE Y FRANCIS/CO DE TORTO LES Y JVAN DE BARRIENTOS Y PEDRO DE MORETA MALDONADO Y BARTOLO/ME DE RIBADENEYRA SE HIZO ESTA C[ASA] PARA EL ALFONDIGA DE ESTA VI/LLA AÑO DE MDLXXXVII A[ DN] S (Año De Nuestro Señor?) (AÑO 1587).

Se considera muy apropiado el uso como Centro Cultural que se ha dado al edificio y muy afortunado proyecto de rehabilitación efectuado. La Alhóndiga debería considerarse como uno de los edificios públicos de mayor relevancia histórica de El Barco de Ávila, a un nivel similar al de la antigua Cárcel de El Barco. La condición de Bien de Interés Cultural con la categoría de Conjunto Histórico, que tiene el municipio, se reforzaría con el reconocimiento de los valores de este edificio. Por otra parte, quizás habría que revisar el tipo de catalogación en la normativa urbanística correspondiente a esta edificación. 

La Alhóndiga de El Barco de Ávila precisa de labores de divulgación para recuperar su recuerdo y hacer justicia con su valor histórico. Así lo han hecho alhóndigas de localidades cercanas, como la de Coria, convertida en la Biblioteca de Sánchez Ferlosio, la de Arévalo, convertida en Biblioteca de la Alhóndiga, o la de Plasencia también convertida en biblioteca, que constituyen valiosos referentes de divulgación histórica de estos edificios singulares.
 



viernes, 24 de septiembre de 2021

HISTORIA DE LAS PANADERIAS EN EL BARCO DE AVILA

En colaboración con Mercado De Los Lunes Plaza Mayor Barco De Ávila.
Un recorrido por las panaderías del Barco de Ávila.

Historia de las panaderías en El Barco de Ávila

Miércoles 11 de agosto del 2021, Antonio nos recibe en su panadería. Charlamos con él sobre las dificultades y satisfacciones a las que se enfrenta un panadero hoy en día.

Antonio quien regenta actualmente el negocio se levanta a las 3 de la madrugada y no descansa ningún día de la semana. Recuerda de su niñez los juegos en la panadería, a su padre, a quien veía trabajar, a su madre y a su abuela, quienes además de trabajar el negocio familiar eran madres que tenían que atender la crianza de sus hijos. Eran tiempos duros.

 

Antonio en su panadería. Foto Lina Sánchez

Lo más gratificante de su trabajo es que valoren la calidad de su pan del que intenta que se salga de la rutina del pan común para lo que ha invertido mucho tiempo en realizar cursos para mejorarlo.

Debe compaginar su día a día con el hándicap de su alergia a uno de los productos básicos en su trabajo: la harina.


Panadería Horno el Cristo. Foto Lina Sánchez

Ofrece diferentes tipos de pan que conviven con la barra común, como la barra rústica. Panes de diferentes tipos de harinas, integrales y semillas.

En su elaboración la masa debe fermentar casi 24 horas y emplea “masa vieja”.

Hay que destacar también las perrunillas y mantecados con la garantía de calidad de Ávila Auténtica.

                                             Panadería Horno el Cristo. Foto Antonio Hernández

Como persona inquieta y a la que le gusta hacer cosas nuevas, al igual que muchos comerciantes de la zona, han tenido que llevar sus productos y dulces a ferias medievales, mercados artesanales, nuevos tipos de negocios bio saludables, donde la demanda de este tipo de productos ha crecido por un aumento de tendencia en la sociedad de buscar en el medio rural productos naturales y de calidad

Esta panadería, como todas las que se encuentran en la comarca, deben adaptarse a las necesidades de la sociedad.

Nos cuenta que la despoblación pone en riesgo este tipo de negocios por lo que tienen que buscar mercado fuera de la región y vender a otras zonas, globalizar y mirar fuera. 

La venta online y las nuevas tecnologías son básicas en los negocios rurales. Pide a las autoridades un esfuerzo que cree de vital importancia para no quedarse fuera de los mercados y seguir viviendo en su pueblo El Barco de Ávila.

                                        Panadería Horno el Cristo. Foto Antonio Hernández




Panadería Horno el Cristo. Foto Laura Ortiz



Panadería Horno el Cristo. Foto Lina Sánchez




Panadería Horno el Cristo. Foto Laura Ortiz

Reclama ayuda desde el punto de vista institucional para que se fomente la industrialización de la zona y llama a la unidad de todos los comerciantes de la comarca para que puedan logar objetivos que beneficien al conjunto.

Un poco de historia Familiar

Joaquín descendía de Bercimuelle y Amalia del Puente del Congosto, provincia de Salamanca. Pertenecían a dos familias de artesanos, con oficios de carpinteros, tejeros, y panaderos, ellos continuaron con la panadería.

Eran ya novios cuando empezó la guerra y a Joaquín con 17 años lo enviaron a filas, la quinta del biberón la llamaban. Amalia aprendió a leer y a escribir para mandarle cartas al frente y después a África donde estuvo dos años de mili después de luchar en la guerra.

Se casaron después de acabar la contienda y tuvieron cuatro hijos, dos chicos y dos chicas. Los dos pequeños nacieron en el Puente del Congosto. Estaba el ventorro en la carretera general que llevaba a Plasencia, enfrente de la Canaleja.

En esos difíciles años de posguerra, regentaban la venta con un pequeño comercio mezcla de tienda y taberna además de la tahona.

Con el racionamiento, la materia prima escaseaba, el trabajo era duro y se obtenían pocos beneficios. Joaquín, como casi todos los que tenían algún tipo de negocio en la comarca, trapicheaban y conseguían con el estraperlo , aceite, pimentón y algunos otros productos en la zona de la Vera o el Jerte, que cambiaban por los garbanzos y las alubias de los agricultores del Aravalle, atravesaban la sierra a pie o en mulas, burros y caballos, para conseguir intercambiar esos productos y ganarse unas perras de comisión, a su vez la gente sembraba un poco de trigo o centeno que llevaban a moler a el molino de la Canaleja, el molinero se cobraba ese trabajo con un porcentaje de la harina obtenida de la molienda y a su vez se la vendía a Amalia y a Joaquín para que pudieran masar algo más y sacar un extra.

En esa economía de supervivencia, entraba un pequeño huerto, unas gallinas, un cerdo y normalmente una cabra, además de la recolección de setas, cardillos, y frutos silvestres.

Amalia siempre comentaba que el Aravalle era un paraíso, ella que venía de tierra más árida, reprochaba a los habitantes de la comarca lo poco que conocían y utilizaban sus recursos naturales.

No solo vendían el pan en el Aravalle, también repartían a El Barco, donde lo traían un par de veces por semana a la tienda del Sr. Benito el de la regadera, que era como el centro comercial de El Barco de Ávila.

Paco , el hijo mayor de la pareja, contaba que con ocho años, su padre, cargaba las alforjas de panes grandes como ruedas de carro, marcados con JH, (Joaquín Hernández) y su madre subida en el poyo de la puerta del ventorro, le montaba a lomos de Moro, un caballo negro de muy buen porte y gran alzada, daba un azote al animal en el lomo, y este enfilaba por el camino real, puente de las aceñas y puente viejo, y subiendo por la calle de la parada, llegaba hasta la calle de la regadera, daba una voz y las sobrinas del señor Benito, Elena, Teresina y Feli, salían a recibirle, le ayudaban a bajarse del caballo y en invierno le llevaban dentro del comercio, escarbaban el brasero para calentarlo y después de haberle metido en el bolsillo del gabán algún caramelo sustraído al tío, volvían a subirlo al caballo para la vuelta.

Una vez al mes venia con él su padre a hacer las cuentas con el señor Benito, y a veces compraban alguna herramienta en la ferretería de los Herrero, o una pieza de tela o una bobina de hilo donde los Álvaro o en Iglesias, o traían a reparar una olla o una sartén a el tío Diego el calderero, después su padre tomaba un vino en Fabi, el España o el Central, mientras él se sentaba en una mesa a saborear una gaseosa Los Pardillos, y su padre conversaba o hacia tratos con los parroquianos.

A mediados de los sesenta se trasladaron a El Barco, intentando mejorar, y compraron en la Colonia del Santísimo Cristo del Caño, en la otra orilla del Tormes, el inmueble que ocupa actualmente la Panadería del Cristo, con la ayuda de sus hijos, ya mayores, el negocio creció y además de los seis de la familia, llegaron a tener cinco o seis empleados más.

En los últimos años del ventorro, habían comprado uno de los primeros coches que se veía por la comarca, una especie de furgoneta con toda la carrocería de madera, ya en El Barco tenían varios vehículos para repartir por toda la comarca, pero el más peculiar era el que utilizaba Joaquín, consistía en la parte trasera de una furgoneta a la que habían añadido unas varas a los lados y a la que enganchaban una mula. Joaquín la guiaba repartiendo el pan a tiendas, bares y restaurantes del pueblo, así como a los particulares que salían a comprar al oír el tintineo de los cascabeles del animal.

Fuente: Familia de Francisco Hernández


 ANTIGUAS PANADERIAS en El Barco de Ávila ya desaparecidas,

La Panadería de Mateíllo que funcionó primero en la Calle del Castillo y más tarde en el Concejil. Luego se instaló allí Florín que venía de Bohoyo con gran tradición familiar. Con el tiempo se montará su propia panadería muy cerca en el mismo barrio. Gran panadero por su calidad, variedad y ricos dulces

De La Panadería de Faustino Gómez recuerdan los más mayores las sobadas y los hornazos que se hacían de encargo y las tortas de chicharrones que eran exquisitas.

La Panadería de Ramón en la Calle de Los Arrieros

                                            Panadería de Faustino. Foto Félix Resina Jiménez

   Panadería de Faustino. Foto Raquel García Sánchez


Panificadora de Máximo García. Maxi y Sagrario.

Foto María García

En la actualidad solo nos quedan en El Barco de Ávila la panadería del Cristo y la panadería de Florín, otra panadería referente en la villa.

En la comarca se localizan las últimas panaderías en la Horcajada (Julio Sánchez), Panadería Peña en Santibáñez de Béjar, en Muñogalindo, que recordemos.

Panadería La venta, el Tejado y en Palacios ya desaparecidas.

Esperemos que este oficio tenga larga vida por el bien de nuestro pueblo y toda la comarca.

El pan de calidad es un artículo de lujo en El Barco de Ávila que nosotros podemos disfrutar y también queremos compartir.

Gracias Antonio y a las personas que han colaborado en esta pequeña historia de las panaderías de nuestro pueblo.

Colaborar con los negocios locales es proteger nuestro patrimonio cultural y humano.